Hay quienes dicen que una de las claves para conseguir el éxito y la felicidad, es hacer las cosas que más nos gustan. Si, practicar ese deporte que nos apasiona, estudiar esa carrera que nos inspira o asistir a ese trabajo que tanto nos motiva. Se ha comprobado científicamente que cuando hacemos las cosas con amor, entrega y dedicación, nuestro bienestar emocional se muestra sumamente beneficiado. La ciencia también ha demostrado que cuando no eres plenamente feliz en tu lugar de trabajo, corres el riesgo de caer enfermo.
Quizá te haya pasado que sientas una frustración extrema respecto a tu espacio laboral y aún no logras determinar las razones específicas. Dicha frustración aumenta cuando ves que a tu alrededor nadie más se siente así, aunque sea una percepción errónea. Es decir, que ello te lleva a pensar que eres la única persona que parece sentirse horrorizado de su trabajo y sin ánimos de laborar. Una verdadera tortura psicológica ¿no crees? Lo peor del caso es que esto trae efectos nocivos a tu salud y a continuación te explicamos algunos de ellos. Descubre junto a nosotros por qué si odias tu trabajo vas a acabar enfermo.
Ansiedad y estrés como las principales posibilidades de caer enfermo
La principal emoción que surge en el ser humano vinculada con esta difícil situación, es la ansiedad. Y la ansiedad, cuando se mantiene retenida mucho tiempo en el cuerpo, se convierte en estrés. Y ya cuando ambos elementos confluyen entre sí son capaces de generar una tortuosa situación psicológica que te llevará al descenso. Cientos de estudios realizados alrededor de todo el mundo determinaron que el 51% de los trabajadores percibía el estrés como algo habitual en su espacio de trabajo.
Hasta allí todo bien, puesto que es completamente normal que en ocasiones la presión laboral y las actividades acumuladas desaten leves cuadros de estrés. Sin embargo, las complicaciones vienen cuando el pico de estrés se convierte en algo habitual y se prolonga e intensifica con el paso del tiempo. Es allí cuando se corre el riesgo de sufrir alguna complicación de salud mayor.

¿Qué tiene que ver estar enfermo con odiar mi espacio de trabajo?
Si aún no te ha quedado totalmente claro, no te preocupes, te lo explicaremos detalladamente. Cuando no nos sentimos a gusto donde estamos, nuestro cerebro y organismo en general detecta dicha sensación y de alguna manera busca drenar la misma para “aliviar” las cargas. Así que esos malestares estomacales repentinos, úlceras o llagas bucales, delgadez sin explicación y pérdida de cabello, quizá estén provocados por los cuadros de estrés a los que te sometes frecuentemente. Y si, el trabajo tiene mucho que ver en este aspecto.
¿Creíste que estos elementos eran simples cuentos de la abuela? Pues ya ves que no. El estrés y la ansiedad tienen una enorme capacidad para afectar no solo al cerebro, sino al cuerpo entero. Por lo tanto, si es muy probable que esa molesta úlcera que salió en tu boca esté causada por estrés y ansiedad. Así que ya lo sabes, a ponerle sumo cuidado a estos elementos para evitar complicaciones mayores que se conviertan en un verdadero tormento.

¿Es cierto que este desprecio al trabajo causa malestares estomacales?
No solo es totalmente cierto, sino que el estómago (junto al corazón) es de los órganos vitales internos que más capta este tipo de sensaciones y las transforma según lo que percibe. Por ende, si estás en un trabajo que detestas por completo y la simple idea de volver a tu escritorio tras unas vacaciones o un fin de semana te causa malestar, corres el riesgo de perjudicarte a ti mismo/a y sufrir alguna complicación estomacal.
Tampoco estamos diciendo que al primer malestar o sentimiento de incomodidad vas a contraer una severa enfermedad terminal. No, ni mucho menos. Pero tampoco debes descartar las posibilidades de ello, puesto que a medida que se acumulan dichas sensaciones la situación se irá empeorando. Tal y como sucede como una olla a presión, que soporta gas hasta cierto punto y cuando ya no puede contener más, explota. Entre estas molestias estomacales comunes destacan los malestares gástricos, diarrea, estreñimiento, gastritis, náuseas y vómitos.
¿Por qué razón se presentan? Porque tu cuerpo es una máquina inteligente que de una u otra forma buscará la manera de hacerte sentir “aliviado” expulsando todo lo negativo que te embarga. No obstante, lejos de ser una solución, en la mayoría de los casos esto trae consecuencias realmente negativas para la salud.
Menos disposición al trabajo, más probabilidades de resfriarse
Según una recolecta de registros estadísticos realizada alrededor de todo el mundo, cuanto menos felices somos en nuestro espacio de trabajo, más son las probabilidades de estar enfermo o coger algún resfriado común. Estos estudios especificaron que un sujeto expuesto al virus que causa el resfriado cuya vida sostiene frecuentes episodios de estrés y ansiedad, tiene hasta 47% más posibilidades de enfermarse. Muchas veces caemos en el error de pensar que se trata de un “simple virus en el ambiente”, cuando posiblemente seamos nosotros mismos los causantes de ese malestar.
Aunque no se ha establecido una explicación científica detallada en cuanto a este elemento, se presume que las fluctuaciones en el sistema inmune tienen mucho que ver. Otro factor que incrementa las posibilidades de contraer resfriados y otras enfermedades, es haber adoptado estrategias negativas de comportamiento. Como quien dice, estar siempre predispuestos a la negatividad.

Afecciones al corazón, la vida sexual, la piel y el sueño al estar enfermo
Estos son otros de los aspectos de nuestra vida en los que podemos vernos afectados si vivimos en un “odio” y repudio constante por nuestro cargo laboral. El corazón corre el riesgo de acelerarse hasta ya no resistir más y sufrir arritmias, síncopes y en el peor de los casos, infartos fulminantes. En cuanto a la vida sexual, aquellas personas que solo tienen mente para pensar lo tortuoso que le resulta su trabajo, pasan la mayoría del tiempo con ello en mente. Es una especie de prisión amurallada de la que parecen no poder escapar, y por supuesto, la líbido se disminuye y con ella el apetito sexual.
Mientras que la piel suele sufrir varias complicaciones como dermatitis, eccemas o intolerancia a ciertos alimentos, incluso a esos que antes tu organismo no rechazaba. El estrés crónico tiene la posibilidad de causar serias complicaciones a la piel y generar cambios hormonales que de una u otra forma afectarán notablemente a la misma. Finalmente, el sueño es otro de los factores afectados por el estrés laboral, debido a que se reducen nuestras horas nocturnas de descanso, ello trae consigo insoportables migrañas, molestas ojeras y otras complicaciones de salud.

Así que… ¿ahora prestarás más atención a las probabilidades de caer enfermo por estar en un sitio que realmente no te agrada? Recuerda que siempre debe primar tu felicidad por encima de todas las cosas. Si tu espacio de trabajo no es capaz de brindartela, entonces no es el lugar ideal para ti. No olvides: tu salud y tu bienestar emocional es lo que debe primar siempre.